Según investigó el equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), a través de entrevistas con familiares y abogados de la región, en la comisaría de la policía regional, conocida como Guaiparo, es donde se encuentra la mayoría de los privados de libertad. Alrededor de 800 personas están bajo el mandato de un “pran”.
Los familiares aseguran que en esas instalaciones se hizo una intervención, pero que era negociada con el pran, por lo que dentro del recinto aún hay armas de fuego, las cuales utilizan los más violentos para mantener el poder y someter a los presos.
“Eso es como un penal, allí se paga por todo”, exclamó un familiar, quien al mismo tiempo explicó que el dinero no solo era exigido por el pran y sus secuaces, sino que algunos funcionarios policiales también cobraban hasta 10 bolívares por el permiso diario de visitas.
A un lado de la comisaría de Guaiparo se encuentran los calabozos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en la que se encuentran recluidos al menos 400 hombres y que no funcionan muy distintos de sus vecinos. Allí también se paga por el acceso diario pero la tasa es más alta, son 20 bolívares por una hora de visita al recluso.
En los calabozos de la PNB también conviven bajo la figura del pranato y, al igual que en Guaiparo, deben cancelar una cuota mensual o semanal en dólares para permanecer en el lugar sin ningún problema.
De igual manera, se conoció que los reclusos que se encuentran en otras comisarías pequeñas del estado Bolívar suelen pagar cupos para ser trasladados a algunos de estos dos recintos policiales, que son considerados los más grandes de la entidad. El costo de un cupo en Guaiparo o la PNB depende del delito de la persona, pero oscilan entre 200 y 500 dólares.
Por otra parte, el equipo de OVP conoció que en otras comisarías más pequeñas, también ubicadas en San Félix, como por ejemplo la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), se encuentran al menos 80 hombres presos.
En la sede del mismo organismo, pero en el área de Homicidios, están recluidas 40 personas; entre ellas al menos siete son mujeres. Mientras que en las sedes de la Guardia Nacional, específicamente el DESUR, y la Policía Municipal, denominada patrullero del Caroní, se encuentran al menos 80 presos.
En total se contabilizan un aproximado de 1.400 personas detenidas en calabozos policiales del estado Bolívar, donde como es habitual en todo el territorio nacional no cuentan con los requerimientos mínimos para que una persona permanezca durante más de 48 horas.
Al igual que en el resto del país, son los familiares quienes deben proveerles agua potable y alimentos. Además no pueden asearse a diario porque no tienen acceso a agua por tuberías.
En tanto, los que sobreviven en las comisarías más pequeñas no tienen derecho a visitas diarias, ni acceso al sol. Muchos duermen en sábanas que cuelgan de los barrotes para simular hamacas, otros en colchonetas o en el piso.
Los abogados de la región manifestaron al OVP que, sumado a todas estas calamidades que viven tanto los reclusos como los familiares, deben enfrentarse al retardo procesal.
En ese sentido, temen que con la eliminación de la cárcel de Vista Hermosa el hacinamiento sea mayor al de los últimos meses, y que además arrecie la propagación de enfermedades contagiosas dentro de los calabozos.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones