La encuesta indicó que 87% de los venezolanos hacen dieta de “supervivencia”. El Observatorio Venezolano de la Salud calculó la cifra elevada de descontrol alimenticio en el país a causa de los altos costos y escasez de alimentos.
VENEZUELA .- 87% de los venezolanos no les alcanza sus ingresos para comprar los alimentos, según encuesta realizada por tres principales universidades del país. En un recorrido por la ciudad de Caracas, las personas aseguraron que no les alcanzan sus ingresos para alimentarse, solo comen lo que se consiga y cuando se consiga. “Los que tienen acceso a las tres comidas experimentan un deterioro en la calidad de la dieta”, aseguró Marianella Herrera, investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo de la UCV. La especialista criticó que la escasez de alimentos aunado a la inflación y la especulación en el país representen un problema que afecta la alimentación de los venezolanos.
Explicó que “el incremento en los precios de las comidas preparadas fuera del hogar tienen implícito el impacto de la inflación y la especulación. Hemos sabido la dificultad para conseguir alimentos y los expendios de alimentos ya preparados no están exentos de estos efectos”.
Herrera detalló las dificultades que se viven en Venezuela criticando que entre las funciones de la conocida Seguridad Alimentaria esté “algo que se llama ‘acceso y disponibilidad a los alimentos’; pero, si voy a comprar un alimento no lo consigo, y si lo consigo, no tengo dinero para comprarlo, entonces estoy en problemas”.
Ingresos para comprar solo alimentos
87% de los venezolanos no les alcanza sus ingresos para comprar los alimentos necesarios y la mayor parte de su dieta, basada en carbohidratos, es de “supervivencia”, según una encuesta realizada por tres principales universidades del país.
La Encuesta sobre Condiciones de Vida de los Venezolanos (Encovi), basada en 1.488 entrevistas en 23 ciudades del país, revela que los alimentos que más consume la población son harina de maíz, arroz, pasta, panes, grasas como margarina y mayonesa, mientras que, en el caso de la carne, los sectores de menos ingresos dijeron comer mortadela.
Según el estudio, en el que también participó la Fundación Bengoa, especializada en nutrición, 40% de los alimentos de la canasta alimentaria que adquieren los venezolanos son harinas, arroz y grasas y 12,1% consume dos comidas al día, en vez de tres.
“Los que tienen acceso a las tres comidas experimentan un deterioro en la calidad de la dieta”, aseguró Marianella Herrera, investigadora del Centro de Estudios del Desarrollo (Cendes) de la Universidad Central de Venezuela y
La ONG Observatorio Venezolano de Salud (OVS), que difundió el estudio, señaló en un comunicado que esta afectación en la dieta la viven las familias de los estratos D, E y F y algunas del estrato C, “es decir, personas en pobreza crónica extrema, en pobreza extrema y en pobreza reciente”.
La última categoría, dice el estudio, se refiere a las familias de clase media que tienen las necesidades básicas satisfechas pero su poder adquisitivo ha disminuido.
Herrera, citada por la OVS, explicó que “todos los niveles están afectados” y afirmó que se está “haciendo una dieta de sobrevivencia”.
La médica nutróloga, que también representa a la Fundación Bengoa, dijo que en este sondeo se vio que las proteínas básicas que solían consumir los más pobres como el huevo o los granos “han desaparecido de la mesa de los más necesitados”.
“La proteína de origen animal es un alimento de lujo”, dijo la especialista.
Venezuela sufre, desde hace poco más de dos años, una severa crisis de escasez de alimentos de la cesta básica y una alta inflación que cerró el año pasado en 180,9%, lo que ha disminuido de forma notable el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Hay 53% de personas sedentarias
Marianella Herrera, quien también es la directora del Observatorio Venezolano de Salud (OVS), indicó este jueves que la educación es determinante en la calidad de nutrición y la práctica de actividades físicas de las personas.
Con respecto a las personas que sufren alguna enfermedad que requiere de seguir una dieta enfatizó que en la mayoría de los casos no cumplen con la misma. Citando el supuesto de una persona que padece diábetes, indicó que existen casos en los que desconocen que están enfermos, mientras que otros a pesar de saber como no se sienten mal asumen que no están enfermos y no acatan la dieta adecuada. Ante esto señaló la necesidad de un plan educativo para manejar estas enfermedades.
Aseveró que las cifras con respecto al sedentarismo en Venezuela han experimentado un cambio: En el 2014 teníamos un 47 por ciento de venezolanos sedentarios; pero, para el 2015, esto cambio teniendo un 53 por ciento de venezolanos que no realizan ningún tipo de actividad física.
Reveló que el patrón socioeconómico de las sociedades incide en sus hábitos alimenticios y físicos, en los estratos más altos – donde el componente educativo es mayor – las actividades físicas aumentan; asimismo, en las clases sociales menos favorecidas, donde existe alto componente educativo, se nota un incremento de estas prácticas, lo que consideró importante, pues pese a tener pobreza cuentan con un hábito físico favorable.
Por otra parte, la nutricionista recalcó que el estilo de vida “es lo que está convirtiéndonos en un verdadero caldo de cultivo de enfermedades crónicas a futuro, en este momento todos los grupos poblacionales estamos expuestos a la realidad que nos agobia, las mujeres embarazadas están expuestas a escasez de alimentos y los niños menores de cinco años están expuestos a la escasez de leche”.
Video cortesía de NTN24 Venezuela
