“Mira lo que estás haciendo vivir a tu mamá, cuando llegue va a ser desnudada, humillada y la van a ultrajar, por tu culpa, porque eres un terrorista y si te portas mal va a ser peor”, estás palabras se las decían los custodios del Internado Judicial de Tocuyito, ubicado en el estado Carabobo, a los privados de libertad antes de salir de sus celdas.
Paralelamente, a las madres, esposas y familiares que estaban en la espera de pasar a su primera visita les decían que no podían tocar a sus familiares, tampoco hacer escándalos, y les advertían que si incumplían con las normas les suspendían la próxima visita. Los familiares fueron recibidos por funcionarios armados y totalmente encapuchados, no tenían identificación, solo se veían apodos, algunos como proctor, cáncer, libra, serpiente, quienes además les tomaban sus datos.
Las damas eran pasadas a cubículos de forma individual, frente a una custodia que también tenía su rostro cubierto. Debían quitarse la franela, bajarse los pantalones hasta las rodillas, les revisaban el cabello y posteriormente pasaban al detector de metales, donde los esperaban otros custodios encapuchados. Seguidamente eran llevados a un salón donde están al menos 20 mesones, en cada uno encontraban a su familiar sentado, con sus manos sobre la mesa y amarradas con un precinto de plástico, los separa una distancia de metro y medio, mientras que las mujeres debían tener sus manos sobre sus piernas durante los 40 minutos que durará la visita.
Detrás del detenido se encontraba un custodio encapuchado, de igual forma detrás del familiar. No existe privacidad, no pueden hablar mucho porque los custodios están pendientes de lo que dicen o lo que preguntan, según relataron familiares al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Para muchos familiares no fue necesario una palabra, tan solo ver su estado físico se daban cuenta que no la están pasando bien. Entre 10 y 15 kilos han rebajado algunos detenidos y es que los que sí pudieron hablar contaron que los alimentos que les proporcionan están descompuestos, venían supuestamente con gusanos y cabellos, además que el agua no es apta para consumo humano.
Las madres, esposas y hermanas los consiguieron bastante afectados, algunos llorando y fue cuando se enteraron lo que le dijeron los custodios antes de salir de su celda. Al respecto, consideran que lo hacen para causarle psicoterror y es que “más que felices por verlos, salimos muy triste de esta visita”, relata a OVP una madre de uno de las personas detenidas
Se sienten atemorizadas por la forma como fueron recibidas por los custodios y aseguran que las condiciones de reclusión son precarias e inhumanas, además les preocupa su salud mental porque no están siendo tratados como es debido.
Existen detenidos con trastornos mentales o con condiciones médicas que no están siendo atendidos por médicos especialistas, así como tampoco se les están cumpliendo los tratamientos, otros que se han enfermado dentro del penal y, aunque les han mandado los medicamentos que piden, no se los hacen llegar.
Lo que comparten todos estos familiares de los detenidos de Tocuyito es que no tienen información de cuándo será su próxima visita, tampoco saben sobre los casos de los detenidos, pues cada uno tiene asignado defensores públicos en tribunales de Caracas y tienen cero comunicación con ellos, no les permiten tener abogados de confianza, se encuentran totalmente desinformados y desasistidos, por ellos levantan su voz ante OVP para exigir el respeto a sus derechos humanos y la liberación inmediata de los privados de libertad que fueron detenidos de forma arbitraria.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones
Foto: Cortesía