El Doctor Humberto Prado cree imprescindible descentralizar las cárceles y sacar a los militares de su administración para mejorar la situación actual
Humberto Prado nació en Caracas, abogado, fue director del Centro Penitenciario Metropolitano (Yare), formó parte del primer equipo de la Defensoría del Pueblo. Tiene un diplomado en Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y luego de los sucesos del 2002 funda el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP). En el 2009 recibe el Premio de los Derechos Humanos otorgado por la Embajada de Canadá en Venezuela y el Centro de Estudios de Derechos Humanos de la Universidad Central de Venezuela (UCV)
Humberto Prado luego de cumplir una pena de 8 años por complicidad en un delito de robo decide estudiar Derecho y dedica su vida a la defensa de los Derechos Humanos de los presos, personas que están en las condiciones en las que él estuvo una vez.
-¿Cree que un país, un Estado, se conoce por sus cárceles?
– Hay una persona a la que yo sigo y leo mucho que es Nelson Mandela que estuvo 27 años preso que decía que la civilización de un país se corresponde no por el trato que le brinde a los ciudadanos más ilustres sino el dispensado a los más marginados que son los presos y yo digo que si usted quiere conocer un gobierno, visite sus cárceles y en las cárceles nuestras te encuentras con las mayores irregularidades, teniendo que estar sometidas a unas reglas porque tienen internamente a personas que han delinquido y que han tenido que ser privadas de la libertad para responder por esa conducta que tuvieron en la sociedad.
-¿Cómo funcionan las cárceles venezolanas y cómo operan los llamados Pranes?
– Lamentablemente, aquí nos encontramos con varias situaciones, una donde el Estado ha cedido su responsabilidad a los pranes. Son figuras dentro de los establecimientos penitenciarios y la palabra quiere decir “Presos, rematado, asesino nato” y que mantienen un liderazgo dentro del penal conjuntamente con un grupo de internos que son los encargados de varias áreas. Si el penal, por ejemplo, tiene 10 pabellones ellos tienen 10 líderes que llaman “Luceros”. Los Luceros con el Pran se dice que son los que llevan el “carro” que es el grupo dentro de la prisión. Esas personas son las que cobran semanalmente a toda la población para que pueda seguir viviendo, son los que hacen negocios con el Estado, son los que extorsionan desde dentro de las cárceles hacia afuera, son los que se encargan de cobrarle a las personas que trafican con armas y con drogas dentro del penal, de manera de que mientras más vendan más armas tendrán.
-¿Y entonces qué papel juega el Director del penal?
– Un director de cárcel le puede decir a usted como periodista que ahí manda el, pero cuando estás dentro de la cárcel se puede dar cuenta quién es el que manda verdaderamente y que son estos grupos criminales que se han hecho fuertes en vista de que el Estado abandonó las cárceles y ellos hicieron sus propios autogobiernos y que se encargaron que con los cobros a los demás reclusos compraban armas, comida, pintura, arreglaban la cárcel con el peculio de la propia población, pero para su conveniencia. Este es el estatus que ellos han mantenido y son muy temibles porque son quienes dicen si vives o mueres dentro de la prisión.
–En una esta situación como esta ¿Qué hace el Estado?
– De este tipo de situaciones, lamentablemente, el Estado se ha hecho de la vista gorda, en lugar de enfrentarlos lo que esperan es que se presente una situación irregular de conmoción pública para ellos actuar. Está el caso de La Planta cuando fue cerrada porque dijeron que había una fuga masiva; El Internado Judicial de Coro porque hubo un enfrentamiento con la Guardia Nacional; Uribana porque hubo un enfrentamiento con todo el sistema de seguridad, Guardia Nacional y Custodios y el caso de la cárcel de San Antonio en Margarita que con esa foto y ese video que recorrieron el mundo, tuvieron que actuar.
-¿Cómo ha sido la actuación de la Ministra Iris Varela?
-Ella dice que tienen estudiando a toda la población reclusa y eso es una mentira porque cuando preguntas cuántos estudian te dicen que como 40 personas solamente. Yo pienso que si esta señora dijera la verdad la gente se involucraría más. Esta ministra ha sido un desastre y ha tenido la oportunidad de oro para pasar bien. Aquí todo lo tienen con un hermetismo terrible, hay mujeres que habían asesinado mujeres y que las están esperando en el INOF para hacerle lo mismo.
-Usted que conoce suficientemente el funcionamiento de las cárceles, tiene algunas soluciones para que estas cosas se arreglen.
– Aquí en las cárceles se le dan oportunidades a la Guardia Nacional y a ex policías y Naciones Unidas tienen el criterio que ni policías ni militares debieran trabajar en cárceles. Otra cosa que yo aplicaría es lo que está contenido en el artículo 272 de la Constitución que habla de la descentralización. Venezuela ha conocido toda la vida la centralización y ahora que tenemos la descentralización esta no se aplica, no sé da ni siquiera una cárcel en concesión.
Nosotros no conocemos un modelo descentralizado a nivel de las cárceles porque siempre nos han metido en la cabeza que el que sabe más en la región es el ente central, pero no saben nada de cárceles, lo que saben es ir a tomarse fotos. Insisten en que debe ser una persona del PSUV y son incapaces de pedirle al gobernador que presente una terna para escoger al mejor por sus conocimientos y siempre dicen que no y ellos designan como les da la gana y así mismo está el país porque aquí todo el mundo hace lo que le da la gana.
Si tuviésemos un poder judicial fortalecido, con autonomía financiera, jurídica, tuviéramos otro tipo de cárceles. Por eso digo que tenemos las cárceles que nos merecemos, el preso que nos merecemos. También reformaría el Código Orgánico Procesal Penal y el Código Penal para que por lo menos todo el presupuesto que es invertido se vea gastado cuando se ve una relación métrica de lo que estás realizando. Hay que desarmar a la población reclusa y para eso tienes que saber hacerlo y si no, no lo hagas porque vas a traer un estado de caos, se puede perder el control de la cárcel. Esa hay que hacerlo con mucho silencio, atacar las causas.
-¿Piensa que un cambio de gobierno ayudaría a resolver el problema carcelario?
– Tiene que haber cambio de gobierno porque si no van a seguir enfrascados en su centralización. Tareck fue el que creó la modalidad del Pran porque desde que él empezó a trabajar salió el Pran y esas son cosas que no las dicen. Además, empezó a dar pernocta a los familiares y ahí se perdió completamente el control y se comenzó a presentar el problema de que los internos se quedaban con sus parejas y hasta los hijos se podían quedar y los hijos veían de noche cosas que no tenían que ver.
-¿Cómo nace el Observatorio Nacional de Prisiones (ONP)?
. Nace como inquietud mía. Fuimos como 8 directores que nos fuimos de la Defensoría y comenzamos a estudiar qué tipo de derechos deberían ser tratados en la organización, elaboramos un informe .La misión es velar por los derechos humanos de las personas privadas de libertad y por eso no vemos colores políticos, lo que nos interesa es ayudar a la víctima para que del acompañamiento con la víctima salga muy fortalecido. Estamos en permanente comunicación con los presos y si ellos no se comunican averiguamos qué ha pasado.
-¿Cuál sería su resumen de lo que se necesita para solucionar el problema carcelario en nuestro país?
– La descentralización de las cárceles y que el personal sea netamente civil. Si en Venezuela se apreciara la vida la gente apoyaría esto para que la persona cuando salga en libertad no se vuelva a tentar, porque las cárceles no rehabilitan, son contaminantes, te institucionalizan y no ves al Estado haciendo un esfuerzo importante para que haya un respeto a la condición humana. Lo que ves es un Estado que quiere ser fuerte y que lo que quiere es quedarse en el poder.
-¿Qué le enseñó la cárcel?
– A conocer más a las personas, saber que tienes un mundo que enfrentar y que tienes que retar y que no te puedes achicopalar, hay momentos buenos y momentos malos. Yo aprendí que cuando un sale de la cárcel se le abren las oportunidades de su vida, hablas con más conciencia, con más conocimiento de las cosas, más pausado y para mi ese aprendizaje fue muy importante. La prisión fue para mí una escuela muy importante, si yo no hubiera ido a prisión seguramente estuviera muerto.