El Doctor Humberto Prado coordinador y director del Observatorio Venezolano de Prisiones OVP explica que 60 de cada 100 personas que entran a las cárceles venezolanas por la comisión de un delito, vuelven después de haber salido en libertad.
Así lo señala un informe titulado Portafolio de Propuestas Penitenciarias, que presentó este jueves el Observatorio Venezolano de Prisiones.
“La reincidencia es de 60% y es súper grave, porque eso quiere decir que la cárcel fracasó”, señaló el director de esta ong, Humberto Prado.
Prado recordó que la Constitución y el sistema judicial venezolano plantean la concepción de la pena corporal, es decir, la prisión, como una oportunidad de reinserción social. Tal han sido la premisa utilizada por el Ministerio de Asuntos Penitenciarios plantear los lineamientos fijados desde allí.
No obstante, los número dicen otra cosa.
“Precisamente si la gente es para reinsertar a la gente con otros valores y usted tiene un 60% de personas que reinciden, la cárcel no sirve. Si tuviera un 20 o 25 de reincidencia por lo menos sabría que la cárcel esta haciendo su trabajo”, destacó.
Datos de importancia
Otra cifra importante señala que el retardo procesal se ubica en 70%, es decir, que 70 de cada 100 privados de libertad no han sido condenados.
Como ejemplo de esta realidad, que desdice del discurso oficial, Prado puso como ejemplo la cárcel de Tocorón, en el estado Aragua.
“Fue construida para 750 personas y hay 8 mil”, dijo. Igualmente, “en la Penitenciaría General de Venezuela (Guárico) hay más de 5 mil presos y fue construida para 550”.
Descentralización
En cuanto a las propuestas presentadas por la organización de derechos humanos para sanear y rehabilitar el sistema carcelario, todas parten de un principio fundamental que esta establecido en la Constitución: la descentralización administrativa.
“Es un mandato constitucional imperativo, no potestativo, para que los ejecutivos de las entidades federales respondan penal, civil y administrativamente de la ejecución y de la protección de las personas privadas de libertad y el mantenimiento de los recintos respectivos”, expresó Prado.
Así mismo, señaló como imprescindible la clasificación de los recintos según la peligrosidad y delitos de los reos, para que “no compartan prisión quien cometió un delito leve con quien cometió uno grave, o el reincidente con el primario”.
