Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el ejercicio de todos los derechos humanos sociales, económicos y culturales, así como los derechos civiles y políticos, se ve obstaculizado por la discriminación a nivel mundial. Es por esta razón que en el año 1948 se firmó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, durante la Asamblea General de las Naciones Unidas, y quedó proclamado el 10 de diciembre de cada año como el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Humberto Prado, director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), hizo extensiva sus felicitaciones en este día tan especial a todos los defensores de derechos humanos en Venezuela, quienes día a día trabajan en la ardua defensa de los derechos recogidos en los tratados internacionales, sin importar el peligro que esto representa en sus vidas y siendo además las puntas de lanza de la democracia.
Ante tanta persecución contra los defensores de derechos humanos en Venezuela, resulta imposible olvidar la célebre frase de Don Quijote de la Mancha: “Ladran los perros su merced, señal que cabalgamos Sancho”.
“En el Día Internacional de los Derechos Humanos es válido recordarle a las autoridades, y a las élites políticas, militares y económicas, sus obligaciones en ésta materia que claramente ha sido vulnerada en Venezuela”, añadió Prado, quien además recordó las palabras de Jean Dominique, activista haitiano por la democracia: “No se puede matar la verdad. No se puede matar la justicia. No se puede matar aquello por lo que luchamos”.
Con respecto a esta celebración, Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, declaró: “Defender los derechos humanos va en interés de todos. El respeto de los derechos humanos promueve el bienestar de las personas, la estabilidad de las sociedades y la armonía de este mundo tan interconectado”.
“En un momento en que se multiplican los conflictos, aumentan las necesidades humanitarias y se intensifica el discurso de odio, la Declaración Universal de Derechos Humanos, tiene mas vigencia que nunca, cuando nos dice que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”, añadió.
Por último, enfatizó que “estemos donde estemos, cada uno de nosotros, debemos hacer lo que sabemos hacer, trabajando en favor de los derechos humanos: en el barrio, en la escuela, en el trabajo, en los medios sociales, en casa, en la cárcel, en los hospitales e incluso en los campos de deporte de todo el mundo. Juntos, defendamos los derechos de los demás, hoy, mañana y todos los días”.
Cabe destacar que, según un reciente informe emitido por las Naciones Unidas, el año 2016 “ha sido un año desastroso para los derechos humanos a nivel mundial, con una erosión creciente que amenaza a toda la comunidad internacional”. En tanto, advirtieron que el impacto del terrorismo, los conflictos políticos, el cambio climático y las desigualdades convierten al 2016 en un año de sufrimientos indescriptibles.
Finalmente, es importante recordar lo que decía Nelson Mandela: “Los verdaderos líderes deben estar dispuesto a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo”.