Pedro Manuel Guédez Rodríguez, de 25 años de edad, fue ingresado a las 4 de la tarde del lunes 10 de septiembre a la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto, estado Lara. La piel del joven estaba un poco amarilla, se veía bastante delgado y su cadáver fue sacado del Centro Penitenciario David Viloria, mejor conocido como cárcel de Uribana.
Pedro Manuel era uno de los más de 25 internos que han sido diagnosticados con tuberculosis dentro del penal, pero a diferencia de los otros, él no le suministraban medicamento alguno. Relataron sus compañeros y los propios funcionarios a los familiares que el joven el domingo 9 de septiembre comenzó a gritar en horas de la noche, desde la pequeña celda en la que se encontraba aislado junto a otro recluso enfermo, perdía ayuda, clamaba porque lo sacaran, se sentían muy mal, la fiebre estaba alta y no quería morir.
“Lo dejaron morir no me lo sacaron”, exclama Erika Jiménez, hermana del joven fallecido, quien relató al Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) que lo pudo ver el viernes 7 de septiembre cuando la llamaron desde el penal indicando que sería trasladado hasta el Hospital Central, fue ingresado con mucha fiebre, pero no quisieron dejarlo hospitalizado, tan solo lo inyectaron e indicaron que por su condición debería estar recluido en el Dispensario Antituberculoso del Hospital Luis Gómez López de Barquisimeto, pero por falta de una boleta de traslado no podía ser ingresado por lo que fue devuelto al penal. La señora Erika comentó a OVP que ese día tuvo la posibilidad de hablar con Pedro Manuel lo vio muy mal, tenía dificultad para respirar, le pidió perdón por todo lo que había hecho y le dijo que se había entregado a Dios. Funcionarios de la Guardia Nacional fueron quienes le confesaron a la mujer que cuando su hermano pidió auxilio para ser sacado, los custodios lo ignoraron, pasó toda la noche del domingo clamando por una ayuda que nunca llegó. Fue a horas de mediodía de ese lunes 10 de agosto que falleció.
Pedro Manuel hace dos meses comenzó a sentirse mal y se lo expresó a sus familiares, con el pasar de las semanas lo notaron decaído, tenía fiebres altas, el tono de su piel cambió y presentó vómito con sangre, desde el penal le realizaron dos exámenes el de hepatitis y tuberculosis, el primero dio positivo hace quince días y el segundo hace menos de dos semanas, fue sacado por funcionarios del Ministerio de Asuntos Penitenciarios de la celda del modulo 2, donde se encontraba con quince internos más y trasladado a un cuartico que llaman “hospitalito”, según describe su familiar no es más que otra celda pequeña, en donde está sin atención alguna “es algo inhumano”, dice su hermana. Explica la mujer a OVP que su hermano también le contó que en otra área mantienen a más de 25 internos que han sido diagnosticados con tuberculosis pero ellos están recibiendo tratamiento. Por más que los familiares del interno acudieron al penal en distintas oportunidades para solicitar un récipe y ellos comprar el tratamiento, esta posibilidad fue negada, la respuesta era que el Estado debía suministrar el tratamiento y no había llegado, mientras tanto no le quedaba de otra que llevarle tan solo acido fólico y ampollas de vitamina de Complejo B, en las que gastaban 17 millones de bolívares, ahora 170 bolívares soberanos por cada una y de dos o tres que ingresaban, tan solo una le llegaba.
Para los seres queridos del privado de libertad hoy fallecido no hubo la debida atención por parte del personal del Ministerio de Asuntos Penitenciarios, saben que es una enfermedad que se puede curar y su muerte se pudo evitar, ellos no tienen precisión desde cuando Pedro Manuel pudo haber estado enfermo, pero si presumen que así como se contagió él dentro de una celda, sus compañeros también pudieran estarlo.
El Estado se lava las manos
Una vez que el privado de libertad fue ingresado a la morgue desde el Centro Penitenciario se lavaron las manos, el sepelio y gastos funerarios quedaron por cuenta de la familia quienes son de un caserío del municipio Andrés Eloy Blanco y de escasos recursos.
Mil millones 600 de bolívares cobraron por el servicio funerario, lo que ahora son 16 mil bolívares soberanos, caminando de un lado a otro los familiares llamaban a otros familiares, amigos y vecinos quienes iban a cooperar con el dinero, quienes lo darían en calidad de préstamo y de ese modo poder trasladar el cuerpo de Pedro Manuel desde Barquisimeto a su poblado y darle una cristiana sepultura.
Sin comida en Uribana
La señora Erika relató a OVP que el joven fallecido era el menor de cinco hermanos, estaba recluido por el delito de robo, fue apresado hace tres años por la Policía Municipal de Sanare, municipio Andrés Eloy Blanco en dicho centro de detención preventiva estuvo un año, su familia se encargaba de llevarle la comida todos los días. Hace dos años fue trasladado a la cárcel de Uribana y según sus familiares desde su llegada rebajó más de 20 kilos.
“Le dan tres comidas al día, pero son un pedazo de auyama de desayuno, arepa pura de almuerzo y en ocasiones se lo repiten de cena, en ocasiones es arroz solo, no les suministran jugo. Los menú no los varias y la alimentación que llevan dentro del penal es muy mala” comenta la hermana del interno quien además indicó que cuando lo visitaban le llevaban panes, catalinas, plátanos y alimentos que pudieran guardar por días. Los maltratos, castigos dentro del penal también estaban a la orden del día.
La señora Erika al conversar con OVP manifiesta que los reos sufren dentro del penal y ellos como familiares lo hacen por igual, sumado a la angustia que llevan consigo por su ser querido tienen que resolver los alimentos y el dinero para los pasajes para acudir a las visitas. Pedro Manuel tenía visita cada quince días, pero por la situación del país no podían verlo las dos veces, solo iban una vez al mes, porque debían trabajar en ubicar el efectivo al menos dos millones de bolívares para trasladarse desde el caserío donde viven hasta la población de Sanare, recorren dos horas y desde esa localidad hasta Barquisimeto transitar dos horas más con un gasto de 3 millones de bolívares por transferencia, es decir solo es esos pasajes gastaban ida y vuelta 80 bolívares soberanos, sin contar el transporte hasta el penal.
El joven quien estaba procesado además estaba sufriendo del retardo procesal, llevaba tres años y cuatro meses preso y fue este año que se inició su juicio, el cual se estaba realizando. Al menos ocho audiencias se habían llevado a cabo y fue en medio de estas visitas a tribunales que los familiares de Pedro Manuel pudieron verlo con frecuencias y notaron que su condición física desmejoraba. Ellos hoy lloran a su ser querido, pero esperan que el Estado provea de tratamiento a los más de 25 enfermos que presentan la misma patología de su ser querido, para que no mueran de la misma forma.
Es de resaltar que la cárcel de Uribana desde el 2 de febrero del 2007 se encuentra bajo medidas provisionales emitidas por la Corte IDH las cuales se encuentran vigente. Desde OVP se informará sobre este hecho que deja en evidencia como el Estado no cumple con las medidas emitidas por la Corte y así mismo se informará sobre el resto de los privados de libertad que también están afectados de salud y se encuentran recluidos en este centro penitenciario del estado Lara.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones