Al finalizar la tarde del 7 de noviembre, al Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana, ubicado en el estado Lara, llegaron tres autobuses con 110 presos provenientes del Internado Judicial de Occidente, conocido como Vista Hermosa, ubicado en Ciudad Bolívar, el cual fue intervenido y desalojado la mañana del 6 de noviembre.
En ese lote iba Jhon Anderson Medina, un recluso con diagnóstico de diabetes y tuberculosis.
Ante los rumores de intervención del recinto carcelario, los familiares de este privado de libertad escribieron a la Ministra de Servicios Penitenciarios para informarle sobre el estado de salud de su ser querido, quien tenía un cuadro de desnutrición y además era insulino dependiente, pero no hubo respuesta antes del desalojo y mucho menos después, según relataron ellos mismos.
El equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) pudo conocer que el día del desalojo lo único que hicieron los funcionarios que estaban a cargo de la operación fue reseñar e identificar a los presos, nadie se encargó de evaluarlos en el momento y, a pesar del diagnóstico, a Jhon Anderson lo montaron en los autobuses de traslado.
Los tres autobuses con destino a Uribana salieron el mismo día de la intervención y, tras recorrer 840 kilómetros, lo que se traduce a 18 horas de camino, llegaron a la región larense.
Una vez que llegaron a Uribana los uniformaron y raparon sus cabezas, pero no fue sino hasta el miércoles 8 de noviembre que Jhon Anderson, quien estaba muy descompensado porque no había recibido tratamiento, fue trasladado junto a otro recluso que también presentó problemas de salud, hasta la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto.
Mientras estuvo hospitalizado, los doctores que lo atendieron indicaron que tenía una hemorragia superior digestiva e indicaron una serie de exámenes y estudios que debían costear los familiares, quienes fueron avisados por los custodios de Uribana que se encargaban de custodiar al preso en el recinto hospitalario.
La familia, que está en el estado Bolívar, en el momento no tenía los recursos para viajar y en vista que al interno no se le hacían los exámenes, en el Hospital les indicaron que tendrían que darlo de alta porque era imposible saber cuál era su verdadero estado de salud.
Trascendió que familiares enviaron un dinero para algunos insumos que también pidieron, pero el estado de salud de Jhon Alberto se deterioró rápidamente. Las condiciones en las que había llegado al Hospital fueron bastante críticas y el sábado 11 de noviembre falleció.
En este centro hospitalario quedó ingresado otro recluso también de Vista Hermosa que está delicado de salud.
Algunos familiares de los privados de libertad que fueron desalojados de Vista Hermosa el lunes 13 de noviembre protestaron frente a los tribunales de Ciudad Bolívar en rechazo de estos traslados, indicando que fueron inconsultos y que muchos fueron enviados a kilómetros de distancia de donde viven sus familiares y no cuentan con los recursos para visitarlos.
Denuncian además que habían presos bastante enfermos y no fueron evaluados por un médico, así como tampoco se tomaron las previsiones por lo que alertan que pueden ocurrir más muertes así como la que ocurrió con Jhon Anderson.
De la misma forma denunciaron que hay más de 30 internos que esperaban por su boleta de libertad, algunos con sus penas cumplidas, mientras que los presos procesados saben que no serán trasladados para audiencia, lo que agrava aún más el retardo procesal del que ya eran víctimas.
Prensa Observatorio Venezolano de Prisiones
Fotos: Cortesía