“No planeaban escaparse de la cárcel, querían saltar desde el penal con régimen penitenciario hacia el abierto porque tienen hambre, no les están dando comida”, relataron los familiares de los reos del Centro Penitenciario Yare II, ubicado en el estado Miranda, al equipo del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Según las denuncias de las madres, esposas y hermanas, los presos de Yare II no están comiendo bien, reciben un plato de comida diario y en ocasiones, cuando tienen suerte, dos veces al día. El menú no varía, es un plato de arroz o pasta sin acompañante y las porciones son mínimas.
El almuerzo es distribuido entre las 10:00 y 11:00 de la mañana, mientras que la cena llega a las 4:00 de la tarde. “Esto cuando tienen suerte de que les den comida dos veces al día”, añadieron los parientes, quienes en cada oportunidad que hablan con los reclusos les aseguran que se duermen y despiertan con hambre.
Es por ello que en horas de la tarde del 10 de noviembre un grupo de más de 30 presos intentó saltar desde Yare II hasta una torre del Centro Penitenciario Yare I, el cual no está bajo régimen y por ende los familiares pueden llevarles insumos o alimentos crudos que ellos mismos preparan para su alimentación diaria.
Según la versión de los familiares, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), encargada de la custodia externa del penal, dispararon a mansalva para repeler la acción de los presos desesperados por la desidia que azota las cárceles venezolanas.
“Ni siquiera le dieron la voz de alto y ya muchos de los presos habían levantado las manos como señal de rendición”, relató un familiar, quien añadió que los reclusos de Yare I también accionaron sus armas y se generó un enfrentamiento con los funcionarios castrenses que se extendió durante al menos una hora.
Según el parte oficial de la GNB, un reo sin identificar que intentaba cruzar hacia Yare I resultó baleado y murió. En el hecho violento también resultó herido de bala el recluso Johan Armando Plana León y la inspectora de la Región Capital del Servicio Penitenciario, María Guillermina Fernández, quien presentó una herida por el paso de un proyectil en el tobillo.
Este miércoles 11 de noviembre los familiares de los presos de Yare II estaban angustiados porque no tenían ningún tipo de información acerca de la salud física de la población penal. Asimismo temen que los reos sean víctimas de algún castigo por la acción que intentaron llevar a cabo.
Sin comida ni agua potable
En otro orden de ideas los familiares también denunciaron que, aunado a que no reciben alimentación adecuada, no les permiten llevar alimentos crudos para su preparación dentro del penal y además les redujeron la cantidad de panes y catalinas que les podían llevar. Para evitar que los alimentos cocidos se les dañen los parientes solo llevan dos viandas cada 15 días.
De la misma forma OVP conoció que los presos de Yare II no reciben atención médica y pueden durar hasta 15 días sin que llegue el camión cisterna que los surte de agua potable. En tanto, los pocos tobos de agua que les suministran deben rendirlos al máximo para su aseo diario, el lavado de su ropa y además contribuir con la limpieza del área donde se encuentran recluidos.
Para finalizar, OVP solicita al Ministerio Público que realice una investigación exhaustiva, oportuna y veraz para determinar si los presos de Yare II son víctimas de la vulneración de sus derechos humanos.
Cabe recordar que en el mes de agosto los reclusos de Yare III se subieron al techo de una torre para exigir un contacto con la Ministra de Servicios Penitenciarios, pues no tenían comida ni medicinas. ¿Cuántos presos deben morir o cuántos hechos violentos deben ocurrir para que el Estado tome cartas en el asunto?
Observatorio Venezolano de Prisiones